jueves, 26 de septiembre de 2013

Gol.

Esta noche carece de medianoche.

Nos esquiva como aquella velada
en que nuestros destinos se dijeron hola y adiós.

Perdidos entre el frío, la cerveza y los gritos de gol de multitudes etilizadas.

La cajetilla de cigarrillos con los cuales establecimos una relación promiscua y fugaz.

Tan fugaz como aquella partitura que reflejaba tu rostro a la luz de aquella gasolinera del frente.

(Tus dos pupilas. Dos corcheas. Una canción tan bonita opacada por un ingrato ceacheí.)


(dedicada a Y., que seguramente no lo leerá).

Sin título

A veces creo vivir tan rápido
que mi corazón late al mismo ritmo en el que respira un piloto de guerra
A ratos las noches pasan tan lento
que hasta mis palabras se congelan
cayendo contra el pavimento
y mi cerebro se paraliza de la sola idea.

La muerte me acecha al paso de la ley
y retraerme no es una opción
Pero vuelvo a contraatacar
aún sabiendo que la batalla está perdida
Pues mi naturaleza ariana e incendiaria
insiste en aflorar con o sin mi aprobación.