Esta noche carece de medianoche.
Nos esquiva como aquella velada
en que nuestros destinos se dijeron hola y adiós.
Perdidos entre el frío, la cerveza y los gritos de gol de multitudes etilizadas.
La cajetilla de cigarrillos con los cuales establecimos una relación promiscua y fugaz.
Tan fugaz como aquella partitura que reflejaba tu rostro a la luz de aquella gasolinera del frente.
(Tus dos pupilas. Dos corcheas. Una canción tan bonita opacada por un ingrato ceacheí.)
(dedicada a Y., que seguramente no lo leerá).
Hair Peace, Bed Peace
Hace 5 años